
Aquella noche llame a mis hnos sin que mi madre se enterará, presentía lo peor y quise que todos estuviéramos juntos, en el fondo de mi corazón tenía mucho miedo, era como un animalito al que acababan de cazar y no sabe cuál será su destino.
Irving, no sabía nada porque había estado todo el tiempo en el trabajo, y como era nuevo(ya que estaba ocupando la vacante que mi padre había dejado meses atrás) y Zoe, una semana atrás había partido a Ixtapa, para asistir a un congreso de Medicina que su escuela impartía.
- Debes de regresar a casa lo antes posible- Dije con la voz lo más serena posible, obviamente fingida.
-¿Qué sucede? ¿Ocurrió algo en la casa?- Preguntaba Zoe con insistencia. No quise preocuparla, así que finalice mi llamada con un “mamá tuvo una pequeña recaída”.
Con el transcurrir de unos o dos días, no recuerdo bien, ya que por aquellas fechas perdí por completo la noción del tiempo, la gente se fue enterando del estado de mi madre, los rumores nunca se hacen esperar y un día sin esperarlo llego la hna. de mi mamá y como era de imaginarse me regaño por no haberla puesto al tanto de la situación. Me pidió quedarse para apoyarme a cuidar a mi mamá, que iba poco a poco perdiendo sangre y fuerzas y se la pasaba dormida la mayoría del tiempo.
Acepte la petición porque ya no podía con el cansancio, así que por la noche me retire a dormir a mi habitación, una vez recostada en la cama, me sumergí inmediatamente en un profundo sueño. Por la madrugada la inquietud me despertó y me dirigí hacia la habitación de mi madre, la luz de su recamará estaba encendida, lo cual me alarmo, puesto que a las 2am, no tendría por que estarlo.
Al acercarme, un grito, taladro mis oídos y penetro en mi interior con tal fuerza, que me hizo correr hacia allá. Al entrar una imagen se congelo ante mis ojos y me lleno de horror y coraje, mi madre, estaba tirada en el piso con su cuerpo sobre mi tía, me acerque para ayudarlas, y al mover a mi madre, pude ver su cara, llena de sangre, pues se había abierto el labio con el impacto del golpe y sus ojos estaban en blanco, como se ven las personas en los filmes de terror. Como pudo mi tía se levanto y con fuerza ambas, levantamos a mamá y la colocamos nuevamente sobre la cama. Le reproche el descuido, a lo que ella argumento que se había quedado dormida sin darse cuenta, que no volvería a pasar. Mi coraje hacia ella fue tanto que le pedí se retirara de la habitación y desde ese día yo fui la única que cuidaba a mi madre a todas hrs.
Por la mañana llego Zoe, al escuchar su voz, Salí a su encuentro para prepararla sobre la situación. Ella me escucho en silencio y acto seguido se acerco a mi madre.
-¿Cómo estas mamacita? Ya regrese y te traje muchos regalitos- Le dijo a mamá acercándose a su oído y esbozando una sonrisa, para animarla.
- ¿Quien es esta muchacha, pollito? Dile que se vaya porque no quiero que me vean asi.
Zoe y yo nos miramos fijamente, sin entender lo que sucedía, ella se alejo lentamente y con la mirada me pidió que la siguiera. Al salir de la habitación entendimos que mamá comenzaba a complicarse, la perdida de la sangre la estaba haciendo perder el conocimiento y a tal grado de no reconocer ni a su propia hija.
Irving, no sabía nada porque había estado todo el tiempo en el trabajo, y como era nuevo(ya que estaba ocupando la vacante que mi padre había dejado meses atrás) y Zoe, una semana atrás había partido a Ixtapa, para asistir a un congreso de Medicina que su escuela impartía.
- Debes de regresar a casa lo antes posible- Dije con la voz lo más serena posible, obviamente fingida.
-¿Qué sucede? ¿Ocurrió algo en la casa?- Preguntaba Zoe con insistencia. No quise preocuparla, así que finalice mi llamada con un “mamá tuvo una pequeña recaída”.
Con el transcurrir de unos o dos días, no recuerdo bien, ya que por aquellas fechas perdí por completo la noción del tiempo, la gente se fue enterando del estado de mi madre, los rumores nunca se hacen esperar y un día sin esperarlo llego la hna. de mi mamá y como era de imaginarse me regaño por no haberla puesto al tanto de la situación. Me pidió quedarse para apoyarme a cuidar a mi mamá, que iba poco a poco perdiendo sangre y fuerzas y se la pasaba dormida la mayoría del tiempo.
Acepte la petición porque ya no podía con el cansancio, así que por la noche me retire a dormir a mi habitación, una vez recostada en la cama, me sumergí inmediatamente en un profundo sueño. Por la madrugada la inquietud me despertó y me dirigí hacia la habitación de mi madre, la luz de su recamará estaba encendida, lo cual me alarmo, puesto que a las 2am, no tendría por que estarlo.
Al acercarme, un grito, taladro mis oídos y penetro en mi interior con tal fuerza, que me hizo correr hacia allá. Al entrar una imagen se congelo ante mis ojos y me lleno de horror y coraje, mi madre, estaba tirada en el piso con su cuerpo sobre mi tía, me acerque para ayudarlas, y al mover a mi madre, pude ver su cara, llena de sangre, pues se había abierto el labio con el impacto del golpe y sus ojos estaban en blanco, como se ven las personas en los filmes de terror. Como pudo mi tía se levanto y con fuerza ambas, levantamos a mamá y la colocamos nuevamente sobre la cama. Le reproche el descuido, a lo que ella argumento que se había quedado dormida sin darse cuenta, que no volvería a pasar. Mi coraje hacia ella fue tanto que le pedí se retirara de la habitación y desde ese día yo fui la única que cuidaba a mi madre a todas hrs.
Por la mañana llego Zoe, al escuchar su voz, Salí a su encuentro para prepararla sobre la situación. Ella me escucho en silencio y acto seguido se acerco a mi madre.
-¿Cómo estas mamacita? Ya regrese y te traje muchos regalitos- Le dijo a mamá acercándose a su oído y esbozando una sonrisa, para animarla.
- ¿Quien es esta muchacha, pollito? Dile que se vaya porque no quiero que me vean asi.
Zoe y yo nos miramos fijamente, sin entender lo que sucedía, ella se alejo lentamente y con la mirada me pidió que la siguiera. Al salir de la habitación entendimos que mamá comenzaba a complicarse, la perdida de la sangre la estaba haciendo perder el conocimiento y a tal grado de no reconocer ni a su propia hija.
