domingo, 22 de noviembre de 2009

Comenzo a Forjarse mi caracter.


Es difícil darse cuenta que todo lo que anhelas y llegas un día por fin a tener, se esfuma como el aire, que la felicidad solo perdura por un pequeño periodo de tiempo, que se te escapa de las manos y no puedes hacer nada mas que mirarla partir.
Aquella tarde cuando descubrí a Jorge besando a Lucia detrás de los baños de la escuela, salí corriendo con ganas de no saber nada de el ni de nadie, queriendo llorar pero sin poderlo hacer, porque mi orgullo de mujer era mas grande que cualquier dolor, porque no me iba a permitir que un tipo al q no le importe jamás, lograra hacerme sufrir o derramar una lagrima. Al pasar por mi salón para recoger mis cosas, mis amigas me preguntaron que había pasado porque me vieron muy apresurada por irme y obvio sabían que yo por lo regular esperaba a los chicos del “H”, solo les conteste que me sentía mal y que prefería irme a casa, Isabel la amiga que siempre se iba conmigo, decidió acompañarme y las otras chicas se quedaron en la escuela.
En el camino a casa le platique todo a Isa y le pedí que no comentara nada, porque después de ese momento no pretendía volver a nombrar a Jorge en mi vida.
Al día siguiente decidí tratar de evitar el encontrarme con mis amigos de aquel salón y obvio principalmente con el, mis intentos salieron lo mejor posible puesto que logre pasar desapercibida todo el día, por las mañanas cuando por causalidad nos encontrábamos con los chavos, el pretexto era que teníamos que entrar a otras clases sin retrasarnos y no podíamos quedarnos a platicar y por las tardes al salir, era que tenia que llegar temprano a casa y tenia que irme enseguida.
Las semanas comenzaron a transcurrir, todas de igual manera, esquivando el trato con las demás personas, hasta que un día por fin ya no se pudo seguir llevando a cabo mi plan, ya que al ir saliendo del laboratorio de química, mis amigos del H nos estaban esperando fuera. Nos detuvieron para platicar, haciendo los dignos con nosotras por haberlos tenidos tan abandonado todas aquellas semanas. Para mi fortuna nadie comento nada sobre mi o sobre aquel incidente en el que me fui fingiendo estar enferma, esa tarde me entere que Jorge había dejado la escuela hace como dos semanas atrás( Desde aquel día que lo vi besando a Lucia). Una serie de sentimientos encontrados me poseía, por un lado el dolor de saber que tan solo se despidió de ella y yo no le importe y por el otro, saber que ya no lo vería, era dolor, rabia, impotencia y hasta cierto punto tranquilidad.
Al dar la hr. de la salida, como tiempos atrás nos fuimos todos juntos como antes, mi vida por fin comenzaba a tomar el sentido que yo quería ya no habría nada que me desenfocara de la escuela y trataría de echarle todas las ganas, aunque no sabia si tendría la fuerzas para lograrlo.
Al ir caminando, escuchamos a lo lejos una voz.
-Chicos, Chicos!!! Esperenme- Gritaba la voz con impaciencia.
Al escuchar aquella voz, todos volteamos sorprendidos, ya que no faltaba nadie de los que siempre nos íbamos caminando a excepción de….
Yo voltee muy despacio y mucho antes de lograr ver a aquella persona que nos gritaba desesperada, mis piernas ya había comenzado a temblar, me puse fría y la piel se me erizo, sin saber porque pero mi yo interno ya presentía algo.
Al ir acercándose a nosotros, aquella silueta tomo forma…Era Jorge.
- ¿Qué les pasa, porque no me esperaron?- Pregunto con el, faltándole el aire por el esfuerzo de alcanzarnos.
- No sabíamos que estabas en la escuela- Respondió Mario (un amigo de su salón)- Pues como ya abandonaste la escuela desde hace días, no teníamos idea de que te presentaras hoy.
- Si lo se, lo que sucede es que…Mmm… ya sabrán que me dieron de baja por reprobar materias y pues me dijeron que podía quedarme hasta que terminara el semestre pero no me lo iban a hacer valido, así que decidí salirme de una vez.- Contesto con una sonrisa, que hasta cierto punto yo note fingida.
- Que mal plan, esperábamos terminar todos juntos, pero pues ni modo, no queda de otra-Le dijo otro de sus compañeros.
- Pues si, a veces la vida nos pone en situaciones que no quisiéramos, pero tenemos que seguir adelante.-Al decir eso, su mirada cruzo con la mía.
“Así es, imbécil, tienes toda la razón” dije para mi adentros, quise decirle tantas cosas, abrazarlo, escupirle la cara o hasta darle una bofetada, pero no pude, no quise que nadie se diera cuenta de mi molestia y trate de hacerme la indiferente aunque mi corazón estuviera latiendo a mil sin poder identificar si era por amor o por odio.
Comenzó a despedirse de uno por uno, abrazándolos y diciéndoles que les iba a extrañar y ellos a su vez, le decían alguna palabra de aliento. Cuando ya había terminado con todos, se acerco a mí, se puso de frente, me miro a los ojos y una lágrima comenzó a asomarse por su ojo, sin que nadie se diera cuenta (solo yo) se seco la lágrima y sin decir nada, dio la media vuelta y se alejo.
Yo estaba en shock, no sabia que había ocurrido y no podía soportar la idea de saber que una vez mas me había tratado de una forma que jamás merecí, no entendía porque se había despedido de todos y a mi me había ignorado ¿Qué tan poca cosa fui en su vida que no merecía ni siquiera unas palabras de adiós?
Los chavos en seguida me tomaron de la mano y me hicieron retomar nuestro camino, tratando de hacer comentarios con respecto a otros temas, para hacerme reír y yo fingiendo como ya lo venia haciendo de manera habitual, solté una sonrisa…Para no llorar.
Ese día marco mi vida para siempre, decidí a mis cortos XV años de edad, no enamorarme de nadie, no permitirle a ninguna persona ser capaz de lastimarme, para no volver a sentir lo que en esos momentos estaba sintiendo y no sentirme basura, como el me hizo sentir.
Y a pesar de que jamás había experimentado esa sensación de vació, sabia que no volvería a pasarme…Ese día, comenzó a forjarse mi carácter.

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