lunes, 23 de noviembre de 2009

La tormenta acababa de empezar


“Parece que las dificultades se presentan, tan solo para ser vencidas y continuar con otra dificultad aún mayor” Leí en un libro de pensamientos que alguna vez me regalaron y coincide totalmente con el autor.
Bien dicen que cuando la mar se encuentra en calma, es porque se aproxima una gran tormenta.

Mis días posteriores a lo ocurrido con lo que se podía decir fue “mi primer amor” pasaron en calma, yo había comenzado a dejar de pensar en el, por lo menos en la escuela y en casa los problemas con mi mamá y su novio seguían de manera habitual, mi hermano seguía en el ejercito y mi hermana acababa de iniciar su carrera universitaria en el área de medicina, por lo tanto yo era la oveja negra de la familia, mi mamá siempre se encargaba de hacerme ver que tenia que hacer algo de mi vida por que mis hermanos eran mi “modelo a seguir”, así que trataba de mantenerme bien en la escuela, en primera por que me servia de distracción para no pensar sobre mi ya mal lograda vida amorosa y en segunda para que mi mamá me dejara en paz con sus sermones de perfección que ya me sabia de memoria.
Una tarde al llegar a mi casa encontré a Zoe y a mamá hablando en la sala, al darse cuenta de mi presencia, trataron de cambiar el tema de su conversación pero logre alcanzar a escuchar cuando Mamá le pedía que no dijera nada sobre lo que acababa de suceder.
-¿Y se puede saber que es lo que acaba de suceder?- Pregunte, en tono altanero.
-¿Qué sucedió de que? ¿No entiendo tu pregunta?- Respondió mi mamá, con su tono retador que siempre tenia cuando se refería a mi.
-Pues es obvio que yo tampoco entiendo la tuya, si bien sabes que pude escuchar un poco de su conversación.
-No sucede nada, así que anda a cambiarte para que bajes a comer.
Su respuesta en lugar de dejarme tranquila y responder la duda que tenia, me dejo mas confundía, era obvio que algo estaban ocultando y que no me lo querían decir, aunque sus palabras eran con su toque de mando que la caracterizo siempre, tenían un cierto aire de nerviosismo que no pudo disimular.
Después de comer, las dos se alistaron y salieron a la calle, con el pretexto de que iban a comprar un libro de anatomía y fisiología que le habían encargado a Zoe en su escuela.
Tras anochecer un poco y estando yo sola, í sonar el timbre, me asome por la ventana de mi recamara y vi a una hombre grande de edad, tratando de buscar con la mirada a alguien dentro de la casa.
-Si dígame ¿Qué desea?-Le pregunte.
-Buenas noches, ¿Aquí vive el “Lobo”?
- ¿El lobo?- Repeti si no hubiera escuchado claramente lo que el señor acababa de decir.
Era obvio que yo sabia a quien se refería el señor, era a mi padre, el apodo de “Lobo” se lo pusieron hace muchísimos años atrás, cuando el trabajaba para una compañía de refrescos, cuando una vez estaban todosen el comedor del trabajo y mi papá quería llamar a un amigo que vio pasar a lo lejos y por tener la boca llena, en lugar de gritar su nombre prefirió hacer un sonido como el aullido de un lobo para que la persona volteara y desde ese entonces lo bautizaron con ese sobrenombre. Mi extrañeza no fue por el apodo, sino porque hacia años que nadie se presentaba en la casa buscando a mi papá.
-Si, Javier, ¿Aquí vive?- Pregunto nuevamente el señor.
-¿Quién lo busca?- Y sin esperar la respuesta, baje inmediatamente, para evitar los gritos y tratar de descubrir quien y para que buscaba a mi papá.
-Disculpe la molestia, señorita, es que ayer por la tarde me encontré a un amigo en común y me dijo que “el lobo” estaba en la cárcel y como no lo creí vine a saber de el, éramos muy buenos amigos y me gustaría saber que lo que me comentaron no es verdad
-Pues déjeme decirle que su pregunta me asombra demasiado, Javier es mi papá y creo que alguien le ha tomado el pelo con una muy mala broma- No había aun terminado de contestarle cuando llegaron mamá y Zoe.
-Buenas Noches- Dijo mamá- ¿En que le puedo servir?
-Buenas Noches Señora- Le respondió el señor- Disculpe la molestia que les he venido a ocasionar, pero como le explicaba a la señorita, ayer me encontré a un viejo amigo que me comento que el lobo estaba en la cárcel y quise venir a desmentir esa noticia.
Yo no sabia que estaba sucediendo, no entendía porque alguien podía inventar ese tipo de cosas, sin saber que podían lastimar a las familias de las personas involucradas y sin saber porque, mi manos se pusieron heladas.
Al escuchar las palabras del señor, mi hermana comenzó a llorar y al sentir que la observábamos, se metió corriendo a la casa, yo quise correr tras ella, para preguntarle porque lloraba, pero mi intriga por saber que contestación daría mi mamá, me hizo quedarme para esperar su respuesta.
-Así es señor, a Javier lo aprehendieron ayer por la tarde y el día de hoy comenzara un proceso en su contra.
Yo tan solo me dedique a escuchar, mientras veía la escena en cámara lenta, creyendo ser una pesadilla de la cual no podía despertar, la tormenta…Acababa de empezar.

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