
Camine hacia él con gran indiferencia, aunque quería correr y esconderme, temerosa de lo que se avecinaba, trate con todas mis fuerzas de tragarme el miedo y la incertidumbre que me invadía, no debía ni podía, levantar sospechas ante aquellas personas que tenia de frente, al pendiente de cada movimiento que yo pudiera hacer, acechando a su presa, y esperando a que me descuidara, para lanzárseme a la yugular y fulminarme.
Con cierto aire de arrogancia, pase junto a Andrés y sin brindarle mayor importancia a su presencia, me acerque a mi madre.
-¿Me hablabas mamá? ¿Qué se te ofrece?
- Andrés acaba de llegar y me pidió permiso para hablar contigo- E inmediatamente, el interrumpió.
- No madrina, no solo quiero hablar con ella, también con usted.
Sus palabras solo lograron inquietarme más, las piernas me temblaban y las manos sudaban frio.
Esperaba lo peor, en mi mente, ya me había creado en cuestión de segundos, las escenas posteriores de lo que “según yo” el iba a decir, mi corazón sentía que ese instante seria el principio del fin…
Mirándome a los ojos, se acerco y me tomo de las manos.
De todo corazón les pido perdón, mi intención jamás fue causarles algún dolor o mal entendido ni a ti, ni a tu familia. Reconozco que fue mi error, hablar con mi madre y mucho mayor error fue, hacerlo en estado inconveniente, les pido una disculpa enorme, en nombre de mi madre- En sus ojos se reflejaba una enorme sinceridad y una tristeza que calaba hasta los huesos.
El tan solo verlo, ahí de pie frente a mí, sentir sus manos sobre las mías y escuchar sus palabras, provocaron que se formara en mi garganta un nudo tan grande que me impedía articular palabra.
Continuo- De frente, madrina, le digo que su hija, jamás ha tenido nada que ver conmigo, no sé porque se habrá dado este mal entendido, pero de verdad les pido una disculpa, yo respeto mucho a esta familia y a usted la quiero como a una madre, si no es que más que a la verdadera.
Les prometo que no volverá a suceder algo como esto y que sobre todo, no me volveré a cruzar en sus caminos- Y al decir estas últimas palabras, sus ojos se mostraban cristalinos, invadidos por las lagrimas que trataba de reprimir, y soltando mi mano, se fue.
Con cierto aire de arrogancia, pase junto a Andrés y sin brindarle mayor importancia a su presencia, me acerque a mi madre.
-¿Me hablabas mamá? ¿Qué se te ofrece?
- Andrés acaba de llegar y me pidió permiso para hablar contigo- E inmediatamente, el interrumpió.
- No madrina, no solo quiero hablar con ella, también con usted.
Sus palabras solo lograron inquietarme más, las piernas me temblaban y las manos sudaban frio.
Esperaba lo peor, en mi mente, ya me había creado en cuestión de segundos, las escenas posteriores de lo que “según yo” el iba a decir, mi corazón sentía que ese instante seria el principio del fin…
Mirándome a los ojos, se acerco y me tomo de las manos.
De todo corazón les pido perdón, mi intención jamás fue causarles algún dolor o mal entendido ni a ti, ni a tu familia. Reconozco que fue mi error, hablar con mi madre y mucho mayor error fue, hacerlo en estado inconveniente, les pido una disculpa enorme, en nombre de mi madre- En sus ojos se reflejaba una enorme sinceridad y una tristeza que calaba hasta los huesos.
El tan solo verlo, ahí de pie frente a mí, sentir sus manos sobre las mías y escuchar sus palabras, provocaron que se formara en mi garganta un nudo tan grande que me impedía articular palabra.
Continuo- De frente, madrina, le digo que su hija, jamás ha tenido nada que ver conmigo, no sé porque se habrá dado este mal entendido, pero de verdad les pido una disculpa, yo respeto mucho a esta familia y a usted la quiero como a una madre, si no es que más que a la verdadera.
Les prometo que no volverá a suceder algo como esto y que sobre todo, no me volveré a cruzar en sus caminos- Y al decir estas últimas palabras, sus ojos se mostraban cristalinos, invadidos por las lagrimas que trataba de reprimir, y soltando mi mano, se fue.



