Al verme corrió a mi alcance, me rodeo con sus brazos y me abrazo tan fuerte y estremecedor, de manera tal que pareciera no volvería verme jamás o tal vez, el recuentro de dos viejos enamorados que con el paso del tiempo se alejaron y un día de pronto, el destino los volvió a colocar en el mismo camino.
Con indiferencia, lo aleje de mi lado, rechazándolo con mis brazos, aleje su cuerpo de mi cuerpo. Mi orgullo y mi enojo, podían más que el amor que me embargaba por dentro, que muy en el fondo de mi corazón, quería y necesitaba sentir su calor, besarlo y decirle que a pesar de todas las tormentas que nuestra barca atravesara, jamás dejaría la navegación a su lado, que valía la pena surcar los mares por inciertos que fueran mientras nuestro amor siguiera firme. Pero todos esos sentimientos se ahogaban dentro de mí, mi corazón le ordenaba a la boca que articulara frase alguna, que expresara con palabras los sentimientos que oprimían mi pecho, pero el cerebro le mandaba mensajes de alerta, le decía: No hables, no digas nada, recuerda que el hecho esto a perder, él fue quien hablo de más y con la persona menos indicada, el es el culpable de que esta historia haya llegado a su final, hazlo pagar! Era como una vocecita que no me dejaba en paz, que no quería que el amor le ganara a la razón en aquella batalla que mi vida atravesaba y desgraciadamente triunfo….
-Si te cite aquí, no fue para abrazarte, no te confundas que este no es un encuentro amoroso- Y al terminar de decir esas palabras, me quede mirándolo fijamente a los ojos.
-¿Que sucede pollito? ¿Por qué me hablas así?
- ¿No me digas que no te has enterado el resultado de tus actos? Está bien, al inocente jovencito, le voy a tener que refrescar la memoria. Ayer fui sometida a un juicio por parte de tu esposa y tu suegra, ya se enteraron que yo soy “Tu amante” y me armaron un drama en mi casa y se entero mi mamá. ¿Estás loco o que tenias en la cabeza, cuando le contaste de lo nuestro a tu madre?
-No sé de qué me hablas, yo no le he dicho nada de lo nuestro a mi mamá, a la única que se lo comente fue a mi tía Paty y no fue con mala intención, espero entiendas un poco como me siento, estoy atravesando una situación difícil, me duele dejar a mi hija, destrozar la familia o al menos ese intento de hogar que siempre quise para mi niña, y por otra parte estoy muy feliz, como jamás lo había estado, por que encontré el amor, porque mi vida por fin tiene sentido y eso es gracias a ti, porque existes, porque nos cruzamos en el camino y no puedo quedarme callado porque voy a explotar con todo esta felicidad por dentro, necesitaba platicárselo a alguien y me sincere con mi tía, ella siempre me ha querido como a un hijo y no creí que ella traicionara esa confianza.
Por favor no me culpes, no me juzgues por algo que se salió de mis manos, sin querer hacer daño y menos a ti, que eres el amor de mi vida.
- Lo siento Andrés, pero hemos llegado al punto en el que este callejón, ya no tiene salida, ayer lo negué todo y le pedí a Laura que te pusiera delante mío para que en mi cara, sostengas esas “mentiras”, no por miedo a tu esposa, fue por miedo a mi madre, no a que me pegue ni a decepcionarla, miedo, pavor a causarle daño, a que esa decepción agrave su situación y ocurra algo que jamás me perdonaría a mí misma. Perdóname por no luchar más por este amor, perdóname por ser cobarde y por poner a mi madre por sobre todas las cosas.
- ¿Entonces prefieres la comodidad de tus mentiras al dolor de la verdad, pero ganando la libertad de nuestro amor?- Me pregunto él, reflejando en su mirada y en su voz, la desesperación de un niño al que están alejando de su juguete preferido.
- No me pongas a elegir entre mi madre y tú, porque ten por seguro que no te va a gustar mi respuesta…
No hay comentarios:
Publicar un comentario