Mi vida no volvería a ser igual y a pesar de que había perdido a mi padre, no sentía el dolor que creí, sentiría cuando ese día llegara.
La decepción bloqueo todo sentimiento de tristeza y le dio paso a la ira, al coraje, a la soberbia y avivo aún más mi rebeldía. Comencé a pasar mas tiempo en el trabajo, aun cuando terminara mi jornada, prefería quedarme con mis amigas y compañeros para bloquear mi mente.
Un sábado, Andy me fue a buscar a la escuela, nuestra relación era la única cosa buena que tenia a mi favor y trataba de refugiarme en el, era el amor de mi vida y por tanto era la persona que lograba hacerme olvidar tanto rencor.
Nos sentamos en una banca de aquel parque en que alguna tarde atrás nos dimos nuestro primer beso, el comenzó a hacerme cosquillas y yo, para defenderme, lo comencé a morder despacito en el pecho y en la espalda. Eran aquellos instantes los que hacían que me derritiera por el, siempre tenia un detalle, una sonrisa, un beso para demostrarme su amor por mi.
En un instante, lo abrace y nos quedamos en silencio:
- Ya me canse de esta situación- Le dije- Ya no quiero seguirte viendo a escondidas.
- Sabes bien que a mí más que a nadie me molesta esta situación y sabes también que he querido hablar con tu mamá y decirle las cosas de frente, que sepa que nos amamos y que se entere por mí que tengo buenas intenciones contigo. Pero tú eres la que no me deja decírselo.
- ¡Lo se! Pero entiende que no puedo hacerle eso a mi mamá ahora, esta muy enferma y no quiero ser yo la que le de una noticia tan fuerte, no quiero que por mi culpa se ponga mal. Entiendeme por favor.
- Claro que te entiendo “pollito” pero ten presente que estamos así por ti y que en cuanto me des permiso, hablamos con todo el mundo.
La impotencia me embargaba, por un lado quería gritarle a todos, que nos habíamos enamorado y que queríamos pasar el resto de nuestros días juntos y por el otro lado, debía mantener en secreto esa historia, por la enfermedad de mi madre. La vida era demasiado injusta conmigo.
Al caer la tarde, tuvimos que despertar a la realidad, separarnos y regresar a nuestra vida habitual, el con su esposa, yo con la enfermedad de mi madre.
A las 2:00 de la mañana sonó mi celular, un mensaje de texto se asomaba en la pantalla, era Andrés.
**** Siento haberte despertado, pero necesitaba que supieras que voy rumbo a la casa de mis papás, después hablamos… No olvides que te amo***
No pude resistir la curiosidad y la preocupación por saber que había ocurrido, ¿porque había salido de su casa a esa hora? así que sin perder tiempo, lo llame.
- ¿Amor, que paso? ¿Qué significa ese mensaje, estas bien??- Mi voz se notaba nerviosa.
- Tranquila amor, no pasa nada malo, lo que sucede es que ya “exploto la bomba” Lo siento pero no pude seguir al lado de Laura, yo te amo a ti.
- ¿Qué paso? ¿Le dijiste de nosotros?
- Mmm no, lo que sucedió es que, por la tarde cuando nos separamos, llegue a casa con mucho calor y decidí meterme a bañar, al salir del baño, ella estaba en la habitación y me vio las marcas de las mordidas que me hiciste y se puso como loca, me dio una bofetada y me pregunto que que eran esas marcas, que si me había estado revolcando con alguna prostituta…
Lo interrumpí- ¿Y que paso, que le contestaste?
- Me quede callado, dejando que ella hablara todo lo que quería, pero como siguió diciendo groserías y se refería a la mujer con la que estuve como una golfa, una cualquiera de lo peor, no me pude contener y le pedí que no se expresara así, le dije que había estado con alguien que me daba lo que ella no y tuve que decirle la verdad.
- ¿Cuál verdad?- pregunte con incertidumbre
- Que ya no la amo y al tiempo que metía algunas cosas a la maleta…Le pedí el DIVORCIO…
miércoles, 23 de febrero de 2011
viernes, 11 de febrero de 2011
¿Existe el amor?

Muchas veces me he hecho esa pregunta sin lograr hallar respuesta.
Dicen que el amor es sentir que te falta el aire cuando la otra persona no esta a tu lado, que tu mundo se quiebra como un cristal en mil pedazos, cuando tienes algún problema con el ser amado, que el tiempo se detiene cuando están juntos y que sientes que en el mundo no existe nadie tan único y especial que el “amor de tu vida”.
Debo confesar que empiezo a preocuparme, porque a mis 26 años, puedo decir que no he encontrado el “verdadero amor”. Nunca antes me había preocupado, la verdad no soy del tipo de mujer romántica por naturaleza, no espero a tener la cita perfecta y jamás he soñado con tener una boda, con un vestido de piñata, súper esponjado y mucho menos con un príncipe azul. Pero cuando miro a mi alrededor veo a mis amigas súper enamoradas, siempre ocupadas con el novio y sin tener tiempo para nada más que no sea su fabulosa vida romántica y me pregunto ¿ Seré yo la que este mal? No lo se…
Si bien es cierto que he tenido algunos novios y que en su momento han sido importantes para mí, que me he ilusionado y que he planeado cosas a futuro con ellos, no he llegado al grado de quererme suicidar cuando termino una relación, nunca le he rogado a un hombre que no me deje y siempre he sido lo suficientemente fuerte para no dar marcha atrás y aceptar las decisiones que tomo. Nunca he podido entender que alguien necesite de otra persona para poder ser feliz, para salir adelante, porque para poder “amar” a alguien, primero necesitas amarte a ti mismo y cuando eres dependiente de otra persona, no estas amándote.
Se acerca el día de San Valentín y será un día común y corriente, para mi el día del amor y la amistad es tan solo una fecha que como tantas otras han hecho comercial, la televisión, la radio, la prensa en general y los establecimientos. Los comercios ya empiezan a vestirse de rosas, corazones, osos y sin fin de cursilerías características de esas fechas, No considero que para manifestar el amor por alguien tengas que esperar una fecha determinada, el año tiene 365 días, ¿porque esperar a que llegue un mes y un día específico para demostrarle a alguien que es importante para ti? Para mi el único amor verdadero es el de un padre/madre por su hijo y viceversa.
No se, tal vez algunos dirán que estoy mal y que soy anti-San Valentín o tal vez alguien más piense como yo, ¿Quién sabe?
A veces cuando estoy sola en mi habitación, me pongo a reflexionar en el porque de mi pensar así, ¿será porque nunca he tenido un novio por decirlo de alguna forma “normal”? Con el que me divertía, vivía a kilómetros de distancia, el que vivía cerca me empalagaba, el que me empezaba a interesar, se hacia el importante y para el que babeaba por mi, me hacia la ocupada. El ser humano es tan complicado que jamás esta contento con las cosas que tiene y siempre esta en busca de algo más y yo no soy la excepción. No estoy cerrada a las posibilidades, simplemente no aguardo con ansias al sapo que se convertirá en príncipe, si se cruza en mi camino alguien que me haga cambiar la hipótesis, se los haré saber, mientras tanto seré feliz a mi manera. En fin, este 14 de Febrero próximo, tratare de no salir a la calle, no quiero arriesgarme a volverme diabética de tanta miel que derramaran las parejitas cursis, quien sabe, a lo mejor un día yo también este idiotizada y embrutecida por el néctar del “amor” caminando por las calles, tomada de la mano de algún espécimen, nunca hay que escupir hacia arriba, porque nos puede caer en la cara, , pero mientras ese día no llegue, disfrutare feliz la función del otro lado de la acera…
Dicen que el amor es sentir que te falta el aire cuando la otra persona no esta a tu lado, que tu mundo se quiebra como un cristal en mil pedazos, cuando tienes algún problema con el ser amado, que el tiempo se detiene cuando están juntos y que sientes que en el mundo no existe nadie tan único y especial que el “amor de tu vida”.
Debo confesar que empiezo a preocuparme, porque a mis 26 años, puedo decir que no he encontrado el “verdadero amor”. Nunca antes me había preocupado, la verdad no soy del tipo de mujer romántica por naturaleza, no espero a tener la cita perfecta y jamás he soñado con tener una boda, con un vestido de piñata, súper esponjado y mucho menos con un príncipe azul. Pero cuando miro a mi alrededor veo a mis amigas súper enamoradas, siempre ocupadas con el novio y sin tener tiempo para nada más que no sea su fabulosa vida romántica y me pregunto ¿ Seré yo la que este mal? No lo se…
Si bien es cierto que he tenido algunos novios y que en su momento han sido importantes para mí, que me he ilusionado y que he planeado cosas a futuro con ellos, no he llegado al grado de quererme suicidar cuando termino una relación, nunca le he rogado a un hombre que no me deje y siempre he sido lo suficientemente fuerte para no dar marcha atrás y aceptar las decisiones que tomo. Nunca he podido entender que alguien necesite de otra persona para poder ser feliz, para salir adelante, porque para poder “amar” a alguien, primero necesitas amarte a ti mismo y cuando eres dependiente de otra persona, no estas amándote.
Se acerca el día de San Valentín y será un día común y corriente, para mi el día del amor y la amistad es tan solo una fecha que como tantas otras han hecho comercial, la televisión, la radio, la prensa en general y los establecimientos. Los comercios ya empiezan a vestirse de rosas, corazones, osos y sin fin de cursilerías características de esas fechas, No considero que para manifestar el amor por alguien tengas que esperar una fecha determinada, el año tiene 365 días, ¿porque esperar a que llegue un mes y un día específico para demostrarle a alguien que es importante para ti? Para mi el único amor verdadero es el de un padre/madre por su hijo y viceversa.
No se, tal vez algunos dirán que estoy mal y que soy anti-San Valentín o tal vez alguien más piense como yo, ¿Quién sabe?
A veces cuando estoy sola en mi habitación, me pongo a reflexionar en el porque de mi pensar así, ¿será porque nunca he tenido un novio por decirlo de alguna forma “normal”? Con el que me divertía, vivía a kilómetros de distancia, el que vivía cerca me empalagaba, el que me empezaba a interesar, se hacia el importante y para el que babeaba por mi, me hacia la ocupada. El ser humano es tan complicado que jamás esta contento con las cosas que tiene y siempre esta en busca de algo más y yo no soy la excepción. No estoy cerrada a las posibilidades, simplemente no aguardo con ansias al sapo que se convertirá en príncipe, si se cruza en mi camino alguien que me haga cambiar la hipótesis, se los haré saber, mientras tanto seré feliz a mi manera. En fin, este 14 de Febrero próximo, tratare de no salir a la calle, no quiero arriesgarme a volverme diabética de tanta miel que derramaran las parejitas cursis, quien sabe, a lo mejor un día yo también este idiotizada y embrutecida por el néctar del “amor” caminando por las calles, tomada de la mano de algún espécimen, nunca hay que escupir hacia arriba, porque nos puede caer en la cara, , pero mientras ese día no llegue, disfrutare feliz la función del otro lado de la acera…
miércoles, 9 de febrero de 2011
Herencia Parte II
Mi tío insistió para que aquellas personas entraran pero un abogado de la empresa, lo hizo desistir al manifestarle que solo nosotros podíamos estar dentro ya que éramos las únicas que figurábamos en los registros de mi padre. Nos dirigimos a una oficina, donde comenzó a dar lectura del testamento, en el se estipulaba que a mi madre le correspondía el 50% del importe monetario que había dejado y a mi hermana y a mi el 25% (a cada una) sumando así el 100% y como anexo nos había dejado solo a Zoe y a mi, su plaza laboral, pero había un pequeño detalle, una cláusula especificaba que solo familiares varones podían hacer uso de esa plaza ya que en el departamento en que mi papá se desarrollaba no se permitía el acceso a las mujeres, por ser trabajo pesado. Así que o la vendíamos o la traspasábamos a algún familiar del sexo masculino.
Mi tío inmediatamente manifestó su molestia.
- ¿Cómo es posible que Javier le haya dejado algo a tu mamá?- Le pregunto a Zoe.- No puedo creer que me haya dejado sin nada, a mi que soy su hermano y que siempre vi por el cuando lo necesito.
Mientras el se expresaba, poco a poco mi paciencia, que no era mucha, se iba agotando, era lógico que solo hubiera asistido por el intereses económico que la ocasión le presentaba. Pero era el colmo, que hiciera evidente su maldita ambición. Estuve a punto de contestarle pero mi mamá me hizo gestos de que mantuviera la cordura y no cayera en el juego de la provocación. Trate de obedecer.
Tardamos alrededor de una hora y media dentro de la oficina, firmando los papeles necesarios y ultimando detalles con el abogado. Mientras tanto mi tío no soporto seguir dentro y salio muy molesto, tumbando cuanta cosa se interponía a su paso.
Al salir nosotras, pudimos ver que ninguno de aquellos personajes, incluido mi tío, se habían retirado. Al vernos, se levantaron del lugar donde se encontraban sentados y acudieron a nuestra presencia.
Mi tío inmediatamente expreso:
- Para mí que a tu papá ya no le dio tiempo cambiar su testamento, ¡es ilógico que a tu madre, le dejara algo y a tus otros hermanos nada! Pero ustedes le van a dar parte del dinero a sus hermanos, ¿verdad? Le tienen que dar la plaza a su hermano Javier.
(Hasta en ese momento me entere que el bastardo de mi padre, llevaba su mismo nombre)
No pude soportar más tiempo en silencio y estalle.
- ¿Pero que te sucede tío? ¿De donde has sacado semejantes ideas? ¡Claro que no les vamos a dar nada!, si mi padre no les dejo nada, por algo habrá sido y dudo mucho que no le haya dado tiempo cambiar su testamento si ese hubiera sido su deseo.- Mirándolos a la cara, con los ojos queriéndoseme escapar de sus orbitas proseguí, ya con un tono de voz demasiado fuerte y golpeado y una actitud prepotente y soberbia- ¡No vamos a darles limosnas que no se merecen, así que aquí se acaba el jueguito que querían iniciar, que les quede bien claro que no somos hermanos y jamás lo seremos, si los veo en la calle no los conozco y para que se vayan enterando la plaza de mi padre, la tendrá Irving, porque el si es mi hermano¡¡.
Mi tío interrumpió:
-¡Pero que te pasa niña, estas loca, a ver si ya vas aprendiendo modales, tu padre se avergonzaría de ti si viera como te estas comportando en estos momentos y si no le dan nada a sus hermanos, desde este momento olvídense que soy su tío!
Mi mamá y Zoe solo fungían como espectadoras sin decir una palabra. Sabían de sobra que el intentar calmar esas aguas, era ya imposible.
-¡Del que se avergonzaría seria de ti, que solo te mueve la ambición y el maldito interés por recoger la leña del árbol caído, si tanto quieres el dinero, pues quédatelo, regresa con el abogado y pideselo, a ustedes les hace más falta, porque no ocultan su hambre. A mi el dinero no me regresa a mi padre, pero bendito sea tuve uno que me amo, lastima que ustedes no puedan decir lo mismo¡
A partir de ese instante murió toda relación con la familia de mi padre.
Mi tío inmediatamente manifestó su molestia.
- ¿Cómo es posible que Javier le haya dejado algo a tu mamá?- Le pregunto a Zoe.- No puedo creer que me haya dejado sin nada, a mi que soy su hermano y que siempre vi por el cuando lo necesito.
Mientras el se expresaba, poco a poco mi paciencia, que no era mucha, se iba agotando, era lógico que solo hubiera asistido por el intereses económico que la ocasión le presentaba. Pero era el colmo, que hiciera evidente su maldita ambición. Estuve a punto de contestarle pero mi mamá me hizo gestos de que mantuviera la cordura y no cayera en el juego de la provocación. Trate de obedecer.
Tardamos alrededor de una hora y media dentro de la oficina, firmando los papeles necesarios y ultimando detalles con el abogado. Mientras tanto mi tío no soporto seguir dentro y salio muy molesto, tumbando cuanta cosa se interponía a su paso.
Al salir nosotras, pudimos ver que ninguno de aquellos personajes, incluido mi tío, se habían retirado. Al vernos, se levantaron del lugar donde se encontraban sentados y acudieron a nuestra presencia.
Mi tío inmediatamente expreso:
- Para mí que a tu papá ya no le dio tiempo cambiar su testamento, ¡es ilógico que a tu madre, le dejara algo y a tus otros hermanos nada! Pero ustedes le van a dar parte del dinero a sus hermanos, ¿verdad? Le tienen que dar la plaza a su hermano Javier.
(Hasta en ese momento me entere que el bastardo de mi padre, llevaba su mismo nombre)
No pude soportar más tiempo en silencio y estalle.
- ¿Pero que te sucede tío? ¿De donde has sacado semejantes ideas? ¡Claro que no les vamos a dar nada!, si mi padre no les dejo nada, por algo habrá sido y dudo mucho que no le haya dado tiempo cambiar su testamento si ese hubiera sido su deseo.- Mirándolos a la cara, con los ojos queriéndoseme escapar de sus orbitas proseguí, ya con un tono de voz demasiado fuerte y golpeado y una actitud prepotente y soberbia- ¡No vamos a darles limosnas que no se merecen, así que aquí se acaba el jueguito que querían iniciar, que les quede bien claro que no somos hermanos y jamás lo seremos, si los veo en la calle no los conozco y para que se vayan enterando la plaza de mi padre, la tendrá Irving, porque el si es mi hermano¡¡.
Mi tío interrumpió:
-¡Pero que te pasa niña, estas loca, a ver si ya vas aprendiendo modales, tu padre se avergonzaría de ti si viera como te estas comportando en estos momentos y si no le dan nada a sus hermanos, desde este momento olvídense que soy su tío!
Mi mamá y Zoe solo fungían como espectadoras sin decir una palabra. Sabían de sobra que el intentar calmar esas aguas, era ya imposible.
-¡Del que se avergonzaría seria de ti, que solo te mueve la ambición y el maldito interés por recoger la leña del árbol caído, si tanto quieres el dinero, pues quédatelo, regresa con el abogado y pideselo, a ustedes les hace más falta, porque no ocultan su hambre. A mi el dinero no me regresa a mi padre, pero bendito sea tuve uno que me amo, lastima que ustedes no puedan decir lo mismo¡
A partir de ese instante murió toda relación con la familia de mi padre.
martes, 8 de febrero de 2011
Herencia Parte I

En aquel instante, el poco respeto que sostenía el recuerdo de mi padre se disolvió en el viento, como cuando un niño sujeta con todas sus esperanzas un globo y otro niño lo empuja con tal fuerza que el globo se suelta y al pequeño solo le queda mirar al cielo, viendo alejarse aquel objeto.
Mi madre, mi insistió muchas veces en que no juzgara a mi padre, que el ya estaba descansando y que no pensara en cosas malas, que si el actúo de alguna manera contraria a mis ideas, por algún motivo habría sido, poco a poco me fui dando cuenta que mamá ya lo sabía y que jamás dijo nada, por no causarnos un dolor, no quise preguntárselo directamente porque hubiéramos entrado en una discusión sin fin y francamente mi instinto agresivo estaba sedado por la desilusión.
Mis pensamientos y sentimientos hacia mi padre, jamás volvieron a ser los mismos, cuando descubres que alguien te ha mentido, es muy difícil que vuelvas a creer en ellos, se abre la puerta hacia un abismo que es imposible volver a cerrar cuando eres una persona orgullosa y resentida como lo era yo.
Pocos días después del sepelio, recibí una llamada telefónica de mi Tío, me avisaba que la empresa en la que mi padre trabajaba quería vernos a mi mamá, a mi hermana y a mi, para dar lectura al testamento que ellos como empresa otorgaban a sus empleados. Sin más, nos despedimos y nos dirigimos al punto de reunión. Al llegar, oh sorpresa, mi tío se encontraba allí, esperándonos.
-Hijas, ¡como se tardaron!, tengo horas esperándolas- Nos expreso con cierta molestia y desesperación. Obviamente exagerando en su oración, puesto que no habría pasado más de media hora desde que nos llamo.
- Hay por favor tío, no inventes, que no es para tanto- Conteste yo impulsivamente- No sabíamos que tu también vendrías, ¿Por qué no me lo dijiste cuando me llamaste?
- Pues es que no iba a venir, solo que pensé que iban a necesitar tal vez, a alguien que las apoyara por cualquier cosa y heme aquí.- Su rostro esbozo una pequeña sonrisa hipócrita.
Y mientras el terminaba de decir estas palabras, salieron detrás de el, aquellos tres personajes que surgieron el día del sepelio. 2 mujeres y un varón que oscilaban entre los 25 y 30 años.
Su presencia me cayo como balde de agua fría, para serles sinceros desde que mi tío dio la noticia del engaño de mi padre, el también cayo de mi gracia, tanto tiempo con mentiras, sabiendo la verdad sin decir nada y ahora viendo que se había convertido en el protector de aquellos “bastardos” lo habían hecho el objeto principal de mis molestias, Sin poder articular palabra por la rabia que sentía en ese momento, entramos a las oficinas de la empresa, tras de mi venían los bastarditos de mi padre, y evitando que entraran, les cerré la puerta de la oficina, dejándolos fuera.
Mi madre, mi insistió muchas veces en que no juzgara a mi padre, que el ya estaba descansando y que no pensara en cosas malas, que si el actúo de alguna manera contraria a mis ideas, por algún motivo habría sido, poco a poco me fui dando cuenta que mamá ya lo sabía y que jamás dijo nada, por no causarnos un dolor, no quise preguntárselo directamente porque hubiéramos entrado en una discusión sin fin y francamente mi instinto agresivo estaba sedado por la desilusión.
Mis pensamientos y sentimientos hacia mi padre, jamás volvieron a ser los mismos, cuando descubres que alguien te ha mentido, es muy difícil que vuelvas a creer en ellos, se abre la puerta hacia un abismo que es imposible volver a cerrar cuando eres una persona orgullosa y resentida como lo era yo.
Pocos días después del sepelio, recibí una llamada telefónica de mi Tío, me avisaba que la empresa en la que mi padre trabajaba quería vernos a mi mamá, a mi hermana y a mi, para dar lectura al testamento que ellos como empresa otorgaban a sus empleados. Sin más, nos despedimos y nos dirigimos al punto de reunión. Al llegar, oh sorpresa, mi tío se encontraba allí, esperándonos.
-Hijas, ¡como se tardaron!, tengo horas esperándolas- Nos expreso con cierta molestia y desesperación. Obviamente exagerando en su oración, puesto que no habría pasado más de media hora desde que nos llamo.
- Hay por favor tío, no inventes, que no es para tanto- Conteste yo impulsivamente- No sabíamos que tu también vendrías, ¿Por qué no me lo dijiste cuando me llamaste?
- Pues es que no iba a venir, solo que pensé que iban a necesitar tal vez, a alguien que las apoyara por cualquier cosa y heme aquí.- Su rostro esbozo una pequeña sonrisa hipócrita.
Y mientras el terminaba de decir estas palabras, salieron detrás de el, aquellos tres personajes que surgieron el día del sepelio. 2 mujeres y un varón que oscilaban entre los 25 y 30 años.
Su presencia me cayo como balde de agua fría, para serles sinceros desde que mi tío dio la noticia del engaño de mi padre, el también cayo de mi gracia, tanto tiempo con mentiras, sabiendo la verdad sin decir nada y ahora viendo que se había convertido en el protector de aquellos “bastardos” lo habían hecho el objeto principal de mis molestias, Sin poder articular palabra por la rabia que sentía en ese momento, entramos a las oficinas de la empresa, tras de mi venían los bastarditos de mi padre, y evitando que entraran, les cerré la puerta de la oficina, dejándolos fuera.
domingo, 6 de febrero de 2011
La más terrible de las decepciones

La gente comenzó a llegar y el lugar poco a poco se fue llenando, yo estaba como zombie, a veces recostada en el sofá, se me derramaba alguna lagrima recordando el pasado y otras veces tan solo me quedaba ida, mirando algún punto en el espacio. Al salir tratando de buscar un rincón en el cual llorar sin que nadie me viera, vi llegar a mi mamá del brazo de mi hermano. A pesar de asombrarme el que Irving estuviera ahí, sabiendo que en el batallón no les permitían salir, no pregunte nada, tan solo nos abrazamos sin decir nada.
Las horas transcurrían lentamente, es curioso como todos escuchamos hablar de la muerte todos los días y sin embargo creer que eso pasa en las demás familias y que nosotros tenemos un escudo que nos da la inmunidad al sufrimiento.
A pesar de ya haber afrontado la muerte años atrás, cuando el papá de mi hermano murió, no puedo asegurar saber a ciencia cierta que sentimientos internos se experimentaban hasta ese momento, en el que yacía mi padre en aquella habitación.
Por la noche la gente comenzó a retirarse, mis compañeros del trabajo llegaron cargados de cajas, traían pan, café, azúcar y demás cosas que se usan en aquellas ocasiones, logre esbozar una sonrisa al verlos, reconozco que el saberlos a mi lado, me hacia sentir que les importaba y que realmente podía decir que tenia amigos de verdad.
Nuevamente mi mente se queda en blanco, hasta en el momento en que comenzaron a llegar los autobuses que nos llevarían al cementerio, Zoe y yo nos subimos a la carroza fúnebre y todas las demás personas nos seguían rumbo a la última morada de mi padre.
Llegamos al lugar donde ya tenían lista la fosa en la que introducirían la caja, la gente comenzó a rodear la fosa y el padre inicio el pequeño sermón, de pronto, no se de donde, apareció un mariachi tocando una canción, no recuerdo cual era, pero al escucharla no pude soportar y comencé a llorar, mi hermana y mi mamá me abrazaron, entre el llanto y el bullicio, vi a dos mujeres, que abrazaban a mi tío al mismo tiempo que se arrodillaban y besaban el ataúd, un muchacho a su lado, las sostenía del brazo.
No pude reconocerlas y como no pude quedarme con la duda, le pregunte a mamá si ella sabía quienes eran, pero ella no me dijo nada. Así que decidía, me acerque a mi tío y alejándolo de aquellas personas, le pregunte:
-¿Quiénes son las mujeres que están contigo?¿Porque le lloran tanto a mi papá?
Su cara, notaba un ligero desconcierto, volteo a verlas como para asegurarse que no nos escuchaban y acercándose a mi oído, me contesto:
- Aquellas dos chicas que ves allá y el muchacho que esta de pie sosteniéndolas, mmm… También son hijas de Javier… Son tus hermanos!!!
Sin haber terminado aún el sepelio, sin voltear a ver a nadie y sin dar una explicación, me aleje de aquel lugar, acabando de experimentar la más terrible de las decepciones.
Las horas transcurrían lentamente, es curioso como todos escuchamos hablar de la muerte todos los días y sin embargo creer que eso pasa en las demás familias y que nosotros tenemos un escudo que nos da la inmunidad al sufrimiento.
A pesar de ya haber afrontado la muerte años atrás, cuando el papá de mi hermano murió, no puedo asegurar saber a ciencia cierta que sentimientos internos se experimentaban hasta ese momento, en el que yacía mi padre en aquella habitación.
Por la noche la gente comenzó a retirarse, mis compañeros del trabajo llegaron cargados de cajas, traían pan, café, azúcar y demás cosas que se usan en aquellas ocasiones, logre esbozar una sonrisa al verlos, reconozco que el saberlos a mi lado, me hacia sentir que les importaba y que realmente podía decir que tenia amigos de verdad.
Nuevamente mi mente se queda en blanco, hasta en el momento en que comenzaron a llegar los autobuses que nos llevarían al cementerio, Zoe y yo nos subimos a la carroza fúnebre y todas las demás personas nos seguían rumbo a la última morada de mi padre.
Llegamos al lugar donde ya tenían lista la fosa en la que introducirían la caja, la gente comenzó a rodear la fosa y el padre inicio el pequeño sermón, de pronto, no se de donde, apareció un mariachi tocando una canción, no recuerdo cual era, pero al escucharla no pude soportar y comencé a llorar, mi hermana y mi mamá me abrazaron, entre el llanto y el bullicio, vi a dos mujeres, que abrazaban a mi tío al mismo tiempo que se arrodillaban y besaban el ataúd, un muchacho a su lado, las sostenía del brazo.
No pude reconocerlas y como no pude quedarme con la duda, le pregunte a mamá si ella sabía quienes eran, pero ella no me dijo nada. Así que decidía, me acerque a mi tío y alejándolo de aquellas personas, le pregunte:
-¿Quiénes son las mujeres que están contigo?¿Porque le lloran tanto a mi papá?
Su cara, notaba un ligero desconcierto, volteo a verlas como para asegurarse que no nos escuchaban y acercándose a mi oído, me contesto:
- Aquellas dos chicas que ves allá y el muchacho que esta de pie sosteniéndolas, mmm… También son hijas de Javier… Son tus hermanos!!!
Sin haber terminado aún el sepelio, sin voltear a ver a nadie y sin dar una explicación, me aleje de aquel lugar, acabando de experimentar la más terrible de las decepciones.
viernes, 4 de febrero de 2011
Aquellos ojitos cerrados.

Papá murió en plena madrugada, de un día frío de Octubre, el reporte del forense, manifestaba que la causa de la muerte había sido, una cirrosis hepática que desencadeno ruptura de venas y ocasiono que falleciera desangrado. Mi tío Carlos (su único hermano y con el que vivía) Lo encontró al regresar del trabajo, su cuerpo estaba en el piso, boca abajo, rodeado de un gran mar de sangre.
Aún no recuerdo que fue lo que hice después de escuchar la noticia de la muerte de mi padre, lo que puedo recordar posterior a ese momento, es que estaba en mi trabajo, junto con mi hermana, hablando con uno de mis supervisores, comentando lo que había sucedido y avisando que no me iba a presentar a trabajar, mis compañeros al verme, se me acercaron , curiosos de saber el porque de mi ausencia, pero no quise dar mas explicación que la que ya había brindado a mi jefe.
Al salir, ya nos esperaban en un auto, mi tío y mis dos primos, ambos mucho mayores que yo como por 12 o 15 años más. Nos dirigimos al trabajo de mi papá, para dar aviso de su fallecimiento y posteriormente nos llevaron a la funeraria, donde esperaríamos que nos entregaran el cuerpo de mi padre.
Mamá se había quedado sola en casa, por la debilidad que le ocasionaban los tratamientos de su enfermedad, no tenía fuerzas para andar en la calle y decidimos que se quedara reposando y que nosotras la mantendríamos informada de cualquier cosa.
No se, si por el shock que me provoco aquel suceso o por que la mente bloquea recuerdos dolorosos como instinto de conservación, pero no logro recordar muchas cosas, soy como un cassette pirata al que le intentan sobre grabar algo más y que obtiene como resultado partes en blanco y, las partes que se lograron grabar no se entienden del todo. Así quede yo, a mi memoria le faltan piezas para completar el rompecabezas de los recuerdos.
Tras largas horas de espera, me quede dormida por el cansancio, en la antesala de la funeraria, me despertó el murmullo de algunas voces, junto a mi, recostada en un sillón se encontraba profundamente dormida Zoe, me levante y me dirigí a la habitación continua para identificar de quienes eran las voces que escuchaba, con cuidado abrí la puerta y tres hombres estaban colocando sobre una base de metal, el ataúd con el cuerpo de mi papá, al verme agacharon la cabeza y se retiraron de la habitación.
En la funeraria quedamos solas mi hermana y yo, sumergidas en un lacerante silencio.
Con pequeños pasos temblorosos, mal definidos y las manos sudando frío, me acerque a aquella caja metálica que mantenía en cautiverio el cuerpo inerte de mi padre. Aún creo verlo como si hubiera sido ayer, su cara pálida, sus labios resecos fingiendo una leve sonrisa, su cabello blanco decolorado por el transcurrir de los años, sus manos entre lazadas, no recuerdo que vestía, pero nunca olvidaré aquellos ojitos cerrados, que esperaba con vehemencia me miraran, pero que en el fondo sabia… No se volverían a abrir jamás.
martes, 1 de febrero de 2011
Rueda de la fortuna

La vida es una gran rueda de la fortuna que gira sin cesar, algunas veces estas arriba, en la cima, sintiendo y disfrutando la adrenalina del momento y muchas otras veces, te encuentras abajo, con las nauseas y el vacío que te deja tanto movimiento, tanta agitación.
Mi rueda de la fortuna jamás se detenía y esta vez, no sería la excepción.
La felicidad había regresado a mi vida, sentí como si en el momento en el que Andy pronuncio aquellas palabras, le hubieran inyectado morfina a mi organismo y ya no sintiera más dolor, la tristeza que embargaba mi alma y manchaba mis días de gris, comenzaba a difuminarse tras los momentos tan especiales que tenia con el “Amor de mi vida”. Me sentía la persona más fuerte y optimista y mi relación con “Dios” regresaba a ser de Paz.
Con el transcurso de las semanas, mi madre regreso a sus sesiones de quimioterapia, fue programada y operada nuevamente, le extirparon el tumor y la mandaron a casa, con una fuerte dosis de medicamentos, que prometían aliviar su dolor, y con el pronostico favorable de los médicos. Ya no extrañaba tanto a Elio, o al menos eso aparentaba ante nosotros y su estado de ánimo era cada vez mejor.
La balanza estaba a mi favor…
Un día, como cualquier otro (eso creía yo) me desperté muy temprano para bañarme, arreglarme y estar lista a tiempo, por que me tocaba entrar a trabajar en el turno de la mañana. Mientras me arreglaba el cabello en mi habitación, escuche como tocaban la puerta principal, mamá que se encontraba en la cocina, preparando mi desayuno, abrió la puerta, a los pocos minutos, tocaron a mi habitación.
-¿Quién es?- pregunte en voz baja, para no despertar a mi hermana, que aún dormía.
-Yo mi amor- Contesto mi mamá, con un tono muy dulce.- Ábreme, necesito hablarte.
Sin cuestionar más, abrí la puerta con calma y le hice señas a mamá que entrara, ella sin dar un solo paso, movió su cabeza en señal de que saliera de la recamara, sin entender porque no quiso entrar, camine hacia ella y Salí.
-¿Qué pasa mamá? ¿Necesitas algo?
- Necesito decirte algo, pero quiero que lo tomes con calma corazón- Al decir estas palabras, se acerco más a mí y me tomo de la mano.
-¿Qué pasa, porque actúas tan raro? Me estas asustando.- Le pregunte ya en un tono menos tranquilo.
- Acaba de venir tu tío Carlos y me ha dado una terrible noticia y necesitas ser fuerte.
Y tras un instante de silencio y yo queriéndomela comer con la mirada, desesperada por saber que había sucedido, por fin continúo.
- ¡Tu papá acaba de fallecer!
Sin comprender el significado de lo que mi madre acababa de decir y sin poder articular palabra alguna, me apoye en la pared y comencé a sentir las nauseas y el vacío, que indicaban, que la rueda de la fortuna comenzaba de descender a gran velocidad.
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