
Papá murió en plena madrugada, de un día frío de Octubre, el reporte del forense, manifestaba que la causa de la muerte había sido, una cirrosis hepática que desencadeno ruptura de venas y ocasiono que falleciera desangrado. Mi tío Carlos (su único hermano y con el que vivía) Lo encontró al regresar del trabajo, su cuerpo estaba en el piso, boca abajo, rodeado de un gran mar de sangre.
Aún no recuerdo que fue lo que hice después de escuchar la noticia de la muerte de mi padre, lo que puedo recordar posterior a ese momento, es que estaba en mi trabajo, junto con mi hermana, hablando con uno de mis supervisores, comentando lo que había sucedido y avisando que no me iba a presentar a trabajar, mis compañeros al verme, se me acercaron , curiosos de saber el porque de mi ausencia, pero no quise dar mas explicación que la que ya había brindado a mi jefe.
Al salir, ya nos esperaban en un auto, mi tío y mis dos primos, ambos mucho mayores que yo como por 12 o 15 años más. Nos dirigimos al trabajo de mi papá, para dar aviso de su fallecimiento y posteriormente nos llevaron a la funeraria, donde esperaríamos que nos entregaran el cuerpo de mi padre.
Mamá se había quedado sola en casa, por la debilidad que le ocasionaban los tratamientos de su enfermedad, no tenía fuerzas para andar en la calle y decidimos que se quedara reposando y que nosotras la mantendríamos informada de cualquier cosa.
No se, si por el shock que me provoco aquel suceso o por que la mente bloquea recuerdos dolorosos como instinto de conservación, pero no logro recordar muchas cosas, soy como un cassette pirata al que le intentan sobre grabar algo más y que obtiene como resultado partes en blanco y, las partes que se lograron grabar no se entienden del todo. Así quede yo, a mi memoria le faltan piezas para completar el rompecabezas de los recuerdos.
Tras largas horas de espera, me quede dormida por el cansancio, en la antesala de la funeraria, me despertó el murmullo de algunas voces, junto a mi, recostada en un sillón se encontraba profundamente dormida Zoe, me levante y me dirigí a la habitación continua para identificar de quienes eran las voces que escuchaba, con cuidado abrí la puerta y tres hombres estaban colocando sobre una base de metal, el ataúd con el cuerpo de mi papá, al verme agacharon la cabeza y se retiraron de la habitación.
En la funeraria quedamos solas mi hermana y yo, sumergidas en un lacerante silencio.
Con pequeños pasos temblorosos, mal definidos y las manos sudando frío, me acerque a aquella caja metálica que mantenía en cautiverio el cuerpo inerte de mi padre. Aún creo verlo como si hubiera sido ayer, su cara pálida, sus labios resecos fingiendo una leve sonrisa, su cabello blanco decolorado por el transcurrir de los años, sus manos entre lazadas, no recuerdo que vestía, pero nunca olvidaré aquellos ojitos cerrados, que esperaba con vehemencia me miraran, pero que en el fondo sabia… No se volverían a abrir jamás.
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