Mi tío insistió para que aquellas personas entraran pero un abogado de la empresa, lo hizo desistir al manifestarle que solo nosotros podíamos estar dentro ya que éramos las únicas que figurábamos en los registros de mi padre. Nos dirigimos a una oficina, donde comenzó a dar lectura del testamento, en el se estipulaba que a mi madre le correspondía el 50% del importe monetario que había dejado y a mi hermana y a mi el 25% (a cada una) sumando así el 100% y como anexo nos había dejado solo a Zoe y a mi, su plaza laboral, pero había un pequeño detalle, una cláusula especificaba que solo familiares varones podían hacer uso de esa plaza ya que en el departamento en que mi papá se desarrollaba no se permitía el acceso a las mujeres, por ser trabajo pesado. Así que o la vendíamos o la traspasábamos a algún familiar del sexo masculino.
Mi tío inmediatamente manifestó su molestia.
- ¿Cómo es posible que Javier le haya dejado algo a tu mamá?- Le pregunto a Zoe.- No puedo creer que me haya dejado sin nada, a mi que soy su hermano y que siempre vi por el cuando lo necesito.
Mientras el se expresaba, poco a poco mi paciencia, que no era mucha, se iba agotando, era lógico que solo hubiera asistido por el intereses económico que la ocasión le presentaba. Pero era el colmo, que hiciera evidente su maldita ambición. Estuve a punto de contestarle pero mi mamá me hizo gestos de que mantuviera la cordura y no cayera en el juego de la provocación. Trate de obedecer.
Tardamos alrededor de una hora y media dentro de la oficina, firmando los papeles necesarios y ultimando detalles con el abogado. Mientras tanto mi tío no soporto seguir dentro y salio muy molesto, tumbando cuanta cosa se interponía a su paso.
Al salir nosotras, pudimos ver que ninguno de aquellos personajes, incluido mi tío, se habían retirado. Al vernos, se levantaron del lugar donde se encontraban sentados y acudieron a nuestra presencia.
Mi tío inmediatamente expreso:
- Para mí que a tu papá ya no le dio tiempo cambiar su testamento, ¡es ilógico que a tu madre, le dejara algo y a tus otros hermanos nada! Pero ustedes le van a dar parte del dinero a sus hermanos, ¿verdad? Le tienen que dar la plaza a su hermano Javier.
(Hasta en ese momento me entere que el bastardo de mi padre, llevaba su mismo nombre)
No pude soportar más tiempo en silencio y estalle.
- ¿Pero que te sucede tío? ¿De donde has sacado semejantes ideas? ¡Claro que no les vamos a dar nada!, si mi padre no les dejo nada, por algo habrá sido y dudo mucho que no le haya dado tiempo cambiar su testamento si ese hubiera sido su deseo.- Mirándolos a la cara, con los ojos queriéndoseme escapar de sus orbitas proseguí, ya con un tono de voz demasiado fuerte y golpeado y una actitud prepotente y soberbia- ¡No vamos a darles limosnas que no se merecen, así que aquí se acaba el jueguito que querían iniciar, que les quede bien claro que no somos hermanos y jamás lo seremos, si los veo en la calle no los conozco y para que se vayan enterando la plaza de mi padre, la tendrá Irving, porque el si es mi hermano¡¡.
Mi tío interrumpió:
-¡Pero que te pasa niña, estas loca, a ver si ya vas aprendiendo modales, tu padre se avergonzaría de ti si viera como te estas comportando en estos momentos y si no le dan nada a sus hermanos, desde este momento olvídense que soy su tío!
Mi mamá y Zoe solo fungían como espectadoras sin decir una palabra. Sabían de sobra que el intentar calmar esas aguas, era ya imposible.
-¡Del que se avergonzaría seria de ti, que solo te mueve la ambición y el maldito interés por recoger la leña del árbol caído, si tanto quieres el dinero, pues quédatelo, regresa con el abogado y pideselo, a ustedes les hace más falta, porque no ocultan su hambre. A mi el dinero no me regresa a mi padre, pero bendito sea tuve uno que me amo, lastima que ustedes no puedan decir lo mismo¡
A partir de ese instante murió toda relación con la familia de mi padre.
Mi tío inmediatamente manifestó su molestia.
- ¿Cómo es posible que Javier le haya dejado algo a tu mamá?- Le pregunto a Zoe.- No puedo creer que me haya dejado sin nada, a mi que soy su hermano y que siempre vi por el cuando lo necesito.
Mientras el se expresaba, poco a poco mi paciencia, que no era mucha, se iba agotando, era lógico que solo hubiera asistido por el intereses económico que la ocasión le presentaba. Pero era el colmo, que hiciera evidente su maldita ambición. Estuve a punto de contestarle pero mi mamá me hizo gestos de que mantuviera la cordura y no cayera en el juego de la provocación. Trate de obedecer.
Tardamos alrededor de una hora y media dentro de la oficina, firmando los papeles necesarios y ultimando detalles con el abogado. Mientras tanto mi tío no soporto seguir dentro y salio muy molesto, tumbando cuanta cosa se interponía a su paso.
Al salir nosotras, pudimos ver que ninguno de aquellos personajes, incluido mi tío, se habían retirado. Al vernos, se levantaron del lugar donde se encontraban sentados y acudieron a nuestra presencia.
Mi tío inmediatamente expreso:
- Para mí que a tu papá ya no le dio tiempo cambiar su testamento, ¡es ilógico que a tu madre, le dejara algo y a tus otros hermanos nada! Pero ustedes le van a dar parte del dinero a sus hermanos, ¿verdad? Le tienen que dar la plaza a su hermano Javier.
(Hasta en ese momento me entere que el bastardo de mi padre, llevaba su mismo nombre)
No pude soportar más tiempo en silencio y estalle.
- ¿Pero que te sucede tío? ¿De donde has sacado semejantes ideas? ¡Claro que no les vamos a dar nada!, si mi padre no les dejo nada, por algo habrá sido y dudo mucho que no le haya dado tiempo cambiar su testamento si ese hubiera sido su deseo.- Mirándolos a la cara, con los ojos queriéndoseme escapar de sus orbitas proseguí, ya con un tono de voz demasiado fuerte y golpeado y una actitud prepotente y soberbia- ¡No vamos a darles limosnas que no se merecen, así que aquí se acaba el jueguito que querían iniciar, que les quede bien claro que no somos hermanos y jamás lo seremos, si los veo en la calle no los conozco y para que se vayan enterando la plaza de mi padre, la tendrá Irving, porque el si es mi hermano¡¡.
Mi tío interrumpió:
-¡Pero que te pasa niña, estas loca, a ver si ya vas aprendiendo modales, tu padre se avergonzaría de ti si viera como te estas comportando en estos momentos y si no le dan nada a sus hermanos, desde este momento olvídense que soy su tío!
Mi mamá y Zoe solo fungían como espectadoras sin decir una palabra. Sabían de sobra que el intentar calmar esas aguas, era ya imposible.
-¡Del que se avergonzaría seria de ti, que solo te mueve la ambición y el maldito interés por recoger la leña del árbol caído, si tanto quieres el dinero, pues quédatelo, regresa con el abogado y pideselo, a ustedes les hace más falta, porque no ocultan su hambre. A mi el dinero no me regresa a mi padre, pero bendito sea tuve uno que me amo, lastima que ustedes no puedan decir lo mismo¡
A partir de ese instante murió toda relación con la familia de mi padre.
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