miércoles, 23 de febrero de 2011

Exploto la bomba

Mi vida no volvería a ser igual y a pesar de que había perdido a mi padre, no sentía el dolor que creí, sentiría cuando ese día llegara.

La decepción bloqueo todo sentimiento de tristeza y le dio paso a la ira, al coraje, a la soberbia y avivo aún más mi rebeldía. Comencé a pasar mas tiempo en el trabajo, aun cuando terminara mi jornada, prefería quedarme con mis amigas y compañeros para bloquear mi mente.

Un sábado, Andy me fue a buscar a la escuela, nuestra relación era la única cosa buena que tenia a mi favor y trataba de refugiarme en el, era el amor de mi vida y por tanto era la persona que lograba hacerme olvidar tanto rencor.

Nos sentamos en una banca de aquel parque en que alguna tarde atrás nos dimos nuestro primer beso, el comenzó a hacerme cosquillas y yo, para defenderme, lo comencé a morder despacito en el pecho y en la espalda. Eran aquellos instantes los que hacían que me derritiera por el, siempre tenia un detalle, una sonrisa, un beso para demostrarme su amor por mi.

En un instante, lo abrace y nos quedamos en silencio:

- Ya me canse de esta situación- Le dije- Ya no quiero seguirte viendo a escondidas.

- Sabes bien que a mí más que a nadie me molesta esta situación y sabes también que he querido hablar con tu mamá y decirle las cosas de frente, que sepa que nos amamos y que se entere por mí que tengo buenas intenciones contigo. Pero tú eres la que no me deja decírselo.

- ¡Lo se! Pero entiende que no puedo hacerle eso a mi mamá ahora, esta muy enferma y no quiero ser yo la que le de una noticia tan fuerte, no quiero que por mi culpa se ponga mal. Entiendeme por favor.

- Claro que te entiendo “pollito” pero ten presente que estamos así por ti y que en cuanto me des permiso, hablamos con todo el mundo.

La impotencia me embargaba, por un lado quería gritarle a todos, que nos habíamos enamorado y que queríamos pasar el resto de nuestros días juntos y por el otro lado, debía mantener en secreto esa historia, por la enfermedad de mi madre. La vida era demasiado injusta conmigo.

Al caer la tarde, tuvimos que despertar a la realidad, separarnos y regresar a nuestra vida habitual, el con su esposa, yo con la enfermedad de mi madre.

A las 2:00 de la mañana sonó mi celular, un mensaje de texto se asomaba en la pantalla, era Andrés.

**** Siento haberte despertado, pero necesitaba que supieras que voy rumbo a la casa de mis papás, después hablamos… No olvides que te amo***

No pude resistir la curiosidad y la preocupación por saber que había ocurrido, ¿porque había salido de su casa a esa hora? así que sin perder tiempo, lo llame.

- ¿Amor, que paso? ¿Qué significa ese mensaje, estas bien??- Mi voz se notaba nerviosa.

- Tranquila amor, no pasa nada malo, lo que sucede es que ya “exploto la bomba” Lo siento pero no pude seguir al lado de Laura, yo te amo a ti.

- ¿Qué paso? ¿Le dijiste de nosotros?

- Mmm no, lo que sucedió es que, por la tarde cuando nos separamos, llegue a casa con mucho calor y decidí meterme a bañar, al salir del baño, ella estaba en la habitación y me vio las marcas de las mordidas que me hiciste y se puso como loca, me dio una bofetada y me pregunto que que eran esas marcas, que si me había estado revolcando con alguna prostituta…

Lo interrumpí- ¿Y que paso, que le contestaste?

- Me quede callado, dejando que ella hablara todo lo que quería, pero como siguió diciendo groserías y se refería a la mujer con la que estuve como una golfa, una cualquiera de lo peor, no me pude contener y le pedí que no se expresara así, le dije que había estado con alguien que me daba lo que ella no y tuve que decirle la verdad.

- ¿Cuál verdad?- pregunte con incertidumbre

- Que ya no la amo y al tiempo que metía algunas cosas a la maleta…Le pedí el DIVORCIO…

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