-¿Que sucede?- Le pregunte con gran nerviosismo.
-¿Que sucede de que?- Me respondió con una sonrisa un poco extraña en su rostro.
-¿Porque estas aquí, le ha sucedido algo a mi mamá?
- Claro que no!! ¿Por qué piensas eso?
Me quede callada, pensando que decir y sin ocurrírseme nada, le conteste: - Pues tú nunca vienes a visitarme y no entiendo porque tendrías que hacerlo ahora, si no es por algo así de importante.
- Pues hoy quise pasar a decirte algo, que hace ya tiempo, anda dando vueltas por mi cabeza, pero no se si tengas tiempo de escucharme.
- Claro, tengo 20 min. Antes de que llegue mi hora de entrada.
- ¡Que bueno, mmm no se por donde comenzar- Se escucho un gran silencio.
- Pues por el principio- Dije yo, tratando de romper el hielo y dibujando una sonrisa en mi cara para animarlo a comenzar a hablar.
- Ya tiene algún tiempo que empecé por verte diferente, cuando te miro, ya no veo a la hija de mi “madrina” (así le decía el a mi mamá, por ser la madrina de su esposa) ahora veo a una mujer muy linda, muy simpática, y no se como ni cuando pero creo que me enamore de ti.
Las palabras que acababa de pronunciar, me dejaron helada, no supe que decir y mi cabeza, trataba de procesar esa información para entenderla y encontrarle una lógica, pero por más esfuerzos que realizaba mi hámster mental, no podía dar crédito a lo que me estaba diciendo.
A pesar de que se me hacia guapísimo y que siempre me preguntaba a mi misma, como era posible que se hubiera casado con Laura, estando ella tan poco agraciada, nunca lo vi , mas allá de un amigo, un buen amigo con el cual siempre bromeaba, o nos mandábamos mensajes de texto, pero siempre lo vi como un hombre prohibido, por estar casado y más conociendo a su mujer.
Como era posible que un hombre como el, me estuviera diciendo eso, durante mucho tiempo atrás, el era un “amor platónico” para mi, a veces en mi cabecita loca me imaginaba que lo besaba y casi todos los días cuando me dirigía a la prepa, pasaba por la ventana de su casa y lo encontraba fumándose un cigarro y me decía: “Adiós novia mía” pero era solo un juego que teníamos los dos, jamás cruzo por mi mente que esas palabras alguna vez las expresaría con verdadero sentimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario