
Parece que es una ley natural, que cuando más esperas que llegue un día o una hora determinada, más tiempo tarda en llegar. Dicen que el tiempo es demasiado largo para aquel que algo espera, estoy totalmente de acuerdo.
Cuando por fin el reloj marcaba las 2 de la tarde, guarde mis cosas, tome mi bolso y Salí del aula como fugitivo al que persiguen para encarcelar.
Sentado en una banca del parque pude verlo a lo lejos. Respire profundamente y me aproxime hacia el, me miro, se sonrío, se levanto y me dio un beso en la mejilla.
-Hola ¿Cómo estas?- Dijo sin quitarme la mirada de encima, sus palabras denotaban cierto grado de nerviosismo.
-Bien gracias, bueno más o menos, para serte sincera me inquieto un poco tu mensaje, como te escribí, creí que ya nos habíamos dicho todo lo que nos teníamos que decir, pero ahora veo que no es así.- trataba de mantenerme calmada y no dejarle ver que yo estaba igual o tal vez más nerviosa que el.
Regreso a la posición en la que se encontraba en el momento que llegue y yo, para no parecer grosera, me senté frente a el, para poderlo ver y seguir con la conversación.
- Bueno comenzaré a responder tus dudas- dijo el- Supe donde encontrarte hoy, porque “mi madrina” platico el otro día a que escuela asistías, y yo al escuchar tu nombre y sin dejar ver que me interesaba mucho el tema de conversación puse atención a lo que decían. Los sábados no trabajo, pero para venir a verte, dije en casa que me habían pedido trabajar horas extras y poder salir sin limitación de hora.
- Veo que eres demasiado ingenioso para las mentiras, no se si felicitarte o comenzar a tenerte miedo- interrumpí yo. Mis palabras tenían cierto aire de sarcasmo.
El solo sonrió y continúo hablando, yo baje la mirada mientras lo escuchaba:
- Uno se las ingenia, para conseguir lo que quiere ¿no crees? Necesitaba verte para decirte que he estado pensando en todo lo que hablamos aquel día y que si deje de buscarte por algunas semanas, no es porque haya perdido el interés en ti, si no porque necesitaba aclarar mis ideas y tomar una decisión sobre lo que pensaba hacer, y déjame informarte que ya la tome.
Un silencio abrumador, frío y denso, envolvió la atmósfera, yo no sabía que decir y preferí guardar silencio, para indicarle que esperaba continuara hablando.
- He decidido separarme de mi esposa. Quiero demostrarte que de verdad quiero algo serio contigo y estoy dispuesto a luchar para conseguirlo y que me creas, siento cosas muy padres por ti y no voy a dejar pasarlas, ¿estas dispuesta a luchar conmigo?
Sus palabras hicieron eco en mi cabeza, como cuando gritas en un lugar desolado, desesperado, esperando alguna respuesta, algo que te indique que no te encuentras solo en la incertidumbre de aquel paraje.
Si bien es cierto que en mis sueños, viví muchas veces ese momento, en la realidad no estaba preparada para reaccionar. Como pude, levante la mirada y me quede observándolo sin saber que decir, el tomo mi mentón con su mano fría, acerco su rostro hacia el mío, sintiendo su respiración en mi nariz y mi corazón latiendo a mil por hora…Nos besamos.
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