miércoles, 26 de enero de 2011

Etapa terminal.


Aquella tarde quedo sellado nuestro compromiso con un beso, el beso que me pareció el primero en mi vida sin serlo y experimente lo que para mi era en aquel momento “el amor verdadero”.

Los mensajes de amor, los encuentros a escondidas y los besos constantes no se hicieron esperar en el transcurrir de los días. El parecía un chiquillo y hasta podría atreverme a asegurar que estaba más enamorado que en su adolescencia, y yo no tenía punto de comparación en cuestiones amorosas y me sentía todo el día flotando en una burbuja de cristal.

Como no pude seguir callando esta situación, me arme de valor y una tarde estando en mi recamara con Zoe (mi hermana) me arme de valor y le confesé todo, aquella se puso como loca, me hizo evidente los detalles que hacían prohibida nuestra relación y me dejo muy en claro la diferencia de edades, ya que el tenía 27 y yo recién había cumplido los 18, decía que esto con el tiempo iba a ser un problema aunque nosotros ahora no viéramos excusa que valiera.

Zoe siempre fue mi mejor amiga, éramos confidentes de todo, nos cuidábamos, apoyábamos y nos dábamos consejos, aquellos que por cuestiones obvias no podíamos pedirle a mamá. Era lógico que no consintiera nuestra relación. Le escribí a Andrés, dándole el punto de vista de mi hermana y el solicito hablar con ella, no supe que se habrán dicho, pero después de aquella platica, Zoe se convirtió en nuestra aliada.

Una noche al regresar del trabajo, encontré la casa en un completo silencio, nadie se encontraba en ella y eso me preocupo, salí a buscar a mi mamá a donde creí era el lugar más probable que estuviera, la casa de “Mi tía Blanca”.

Al acercarme a la casa, pude ver a mi madre, se encontraba de espaldas, sentada cerca de la puerta, alrededor de ella, estaba Laura, Blanca y Andrés, al verme llegar, todos guardaron silencio, era evidente que querían disimular algo o evitar frente a mi, debatir algún tema de conversación.

- ¿Qué sucede?- pregunte con molestia, no podía creer que Andrés también me estuviera haciendo a un lado de aquella platica- Si quieren, me puedo retirar para que continúen hablando.

Laura intento fingir una risa, pero fue tan falsa que no se la creí y nadie le siguió el juego, permaneciendo en un silencio profundo.

Cuando mire a mi mamá, la vi llorando, me agache hacia ella y le pregunte:

- ¿Qué tienes mamita, porque lloras? ¿Te ha pasado algo, te sientes mal?

Sin saber porque y presintiendo algo terrible, mis piernas comenzaron a temblar discretamente, con desesperación tome sus manos y la mire, esperando una respuesta.

- ¡Elio se ha ido de la casa para siempre!- contesto ella con la voz entre cortada.

- Pues esa noticia es para que festejemos!- Dije yo espontáneamente- Vamos a marcar este día, como festejo nacional!!, ya era hora que se largara de una vez y nos dejara de joder la existencia. No estés triste mami, ya veras que esto es para bien, pero… ¿Por qué se fue?

La calma poco a poco regreso a mi y el vació en el estomago que momentos antes se había apoderado de mi, desapareció.

Todos permanecían en silencio, una parte de mi quería estar triste por mi madre, ser solidaria y respetar su tristeza y la otra parte quería saltar de gusto y felicidad, cuando ya me había dado por vencida de que ese parásito se largara, por fin había sucedido el milagro, pero algo no cuadraba en esa escena, ¿porque si para mi era todo alegría y festejo, para los demás era como si estuvieran en un velorio?

Por fin una voz rompió el silencio, Blanca- Se fue porque dijo que no quería cargar con ningún estorbo.- Después de hacer una pausa, continuo- Tú mamá fue al medico hoy a su revisión de rutina y…

- ¿Y que?- pregunte yo con insistencia.

- ¡Regreso el cáncer!- Contesto mi mamá sin dejar continuar hablando a Blanca- Y esta vez…En etapa terminal…

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