
En estos primeros momentos del año que hoy inicia, heme aquí, Señor, silencio y en recogimiento para decirte GRACIAS, para solicitarte AYUDA, para implorarte PERDÓN.
Por esos ojos que con ternura y comprensión me miraron, Por esa mano oportuna que me levantó, por esos labios cuyas palabras y sonrisa me alentaron, por esos oídos que me escucharon, por ese corazón que amistad, cariño y amor me dieron.
Gracias, Señor... me cuesta decírtelo... por la enfermedad, por el fracaso, por la desilusión, por el insulto, por el engaño, por la injusticia, por la soledad, quizá estuve al punto de la desesperación, pero ahora me doy cuenta que todo esto me acercó más a Ti.
Yo te puedo dar la espalda. Soy libre. Tú nunca me la darás. Eres fiel.
Yo se que contaré con tu ayuda. Tú sabes que no siempre cooperaré.
Yo sé que me tenderás la mano. Tú sabes que yo no siempre la tomaré.
Perdón, Señor, por mis errores, descuidos y olvidos, por mi orgullo y vanidad, por mi necedad y capricho, por mi silencio y mi excesiva locuacidad. Perdón, Señor, por prejuzgar a mis hermanos, por mi falta de alegría y entusiasmo, por mi falta de fe y confianza en Ti, por mi cobardía y mi temor al compromiso. Perdón por esos labios que no sonrieron, por esa palabra que callé, por esa mano que no tendí, por esa mirada que desvié, por esos oídos que no presté, por esa verdad que omití, por ese corazón que no amó... por ese Yo que se prefirió.
GRACIAS por todos los que no te dan gracias.
AYUDA a todos los que imploran tu ayuda.
PERDÓN por todos los que no imploran perdón.
Me has escuchado…
Ahora Señor, te escucho Yo!
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