
Cuenta la fábula del puerco espín que durante la edad de hielo, muchos animales murieron a causa del frío.
El puercoespín dándose cuenta de la situación, decidió unirse en grupos. De esa manera se abrigarían y protegerían entre sí, pero las espinas de cada uno herían a los compañeros más cercanos, los que justo ofrecían más calor. Por lo tanto decidieron alejarse unos de otros y empezaron a morir congelados.
Así que tuvieron que hacer una elección, o aceptaban las espinas de sus compañeros o desaparecían de la Tierra. En esa elección me encontraba yo, abrazaba mi sueño con todas las fuerzas para mantenerlo vivo o me olvidaba por completo de el y lo dejaba congelarse en la nada.
El transcurrir de los días avanzaba sin novedad alguna, la gente iba y venia, las voces se disolvían en el viento y la luna y el sol, realizaban sus jornadas laborales sin interrupción.
Inicie otra etapa en mi vida, ingrese a la universidad en la carrera de Derecho, sistema abierto, estudiando solo los sábados, permitiéndome mantener mi trabajo entre semana en el centro comercial. Uno de los primeros sábados que comencé a asistir a la uní, estando en clase de derecho laboral, recibí un mensaje de texto:
**Hola xxxx Espero no molestarte, me gustaría hablar contigo.
Avísame por favor en cuanto puedas…Estoy cerca de tu escuela!!
Andrés.
Las manos comenzaron a temblar y sudar frío, los latidos de mi corazón se aceleraron y una sonrisa traviesa, se dibujo en mi rostro, me emocionaba saber que a pesar de lo que habíamos hablado en mi trabajo, el me seguía buscando y que no lo había espantado mi ultimátum, mi loca cabeza, comenzó de inmediato a generar teorías y la que más me agrado fue aquella en la que creía que si me buscaba sabiendo mi decisión era porque la había aceptado.
Deje pasar algunos minutos para contestar su mensaje, no quería hacerle ver que estaba a su disposición y tenia que hacerme “según yo” la difícil, la importante.
Cuando creí que ya había pasado el tiempo necesario, respondí su mensaje:
**Hola, me sorprende recibir tu mensaje por varios motivos ¿Cómo sabes a que escuela asisto, si tiene semanas que no conversamos? ¿No se supone que trabajas hoy? Creo que ya hablamos todo lo que teníamos que hablar y lamento desilusionarte, pero no creo sea posible vernos, estoy en clase y salgo hasta las 2 (eran las 10 am.). Lo siento.
No había transcurrido ni medio minuto cuando, la pantalla de mi celular plasmaba un mensaje entrante:
***Perfecto, te veo a las 2 de la tarde en la entrada de tu escuela, cuando te vea, te explico todo.
Suerte y pon atención a las clases. Besos.
Ahora fui yo la que no tardo en contestar:
***Mmm, no. No vengas hasta mi escuela, te veo en el parque de la esquina a las 2. Y que sea la última vez que me das una orden, no estoy acostumbrada a recibirlas y mucho menos a cumplirlas Ok!!
Aaah y deja de mandarme mensajes, así podré poner atención, nos vemos más tarde. Hasta entonces…
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ResponderEliminarespero tu gentil respuesta.
muchos saludos
Franck
rogernad08@gmail.com